martes, 12 de enero de 2010

Una pequeña muestra de cine sobre periodismo

El cine ha recurrido frecuentemente al periodismo como contexto en el que situar la trama de sus películas. Siempre es interesante acercarse a una obra desde el punto de vista de la profesión a la que se alude, ya que permite analizar cómo se representan las rutinas del trabajo diario. Aquí dejo una pequeña muestra de algunas filmaciones que hablan sobre periodismo.








Shattered Glass
Stephen Glass (Hayden Christensen) es un joven redactor de la revista de política The New Republic -la única que puede presumir de ir a bordo del Air Force One-. Sus artíuclos desenfadados lo convierten en uno de los periodistas jóvenes más solicitados. Pero su trayectoria se verá truncada en 1998, a raíz de que se investiguen los datos de un texto suyo titulado Hack Heaven (el paraíso del hacker), donde se describe el trato entre una empresa y un hacker que había pirateado su sistema informático. El artículo resultó ser inventado y a partir de ese hallazgo se descubrirá que aquella no fue la primera vez que el periodista lo hacía, por lo que será despedido. Esta película está basada en hechos reales. Stephen Glass, el periodista cuya vida narra el film, sacó de su imaginación 27 de los 41 artículos que escribió para The New Republic.

Dentro de la grabación, está muy lograda la representación de la redacción de la revista, explicando el sistema para confeccionar los artículos: un redactor escribe el artículo, otro lo corrige y lo envía un jefe de sección, que se lo pasa a otro, para después llegar al corrector. Una vez completado el proceso, se repite dos veces más.

Una película básica para conocer el funcionamiento de una publicación periodística.

Grita libertad
En la Suráfrica del apartheid, Stephen Biko (Denzel Washington) proclama los derechos del pueblo negro. Las declaraciones a favor de la liberación de los negros surafricanos y contra el gobierno blanco provocarán que las autoridades le confinen y le prohíban manifestarse en público. En el polo opuesto, Donald Woods (Kevin Kline), un director de periódico blanco que rechaza el racismo de los afrikaans, se hace eco del mensaje de Biko, al que en un principio calificará como racista negro. A partir de esta publicación podrán conocerse, surgiendo entre ambos una profunda amistad basada en el respeto y el deseo de comprender al diferente. Los frecuentes encuentros con Biko calarán profundamente en Woods, que se convertirá en el trasmisor de su mensaje cuando éste sea silenciado por la policía.


Gran historia sobre el apartheid, quizá un poco maniquea, dado que los buenos son muy buenos y los malos, unos cabronazos. Un poco larga, aunque debido a los cambios en la historia no se hace excesiva. Del mensaje moral sobre la igualdad de razas del principio se pasará a la emotividad y la tensión del final. Podría hablarse incluso de dos películas en una, marcada por la evolución del personaje de Donald Woods a raíz del silenciamiento de Biko. De director liberal complaciente con el orden establecido a comprometido activista por la lucha negra. Una oda a los valientes que han luchado por sus ideas.

Veronica Guerin

Los 90 en Irlanda no fueron una época de felicidad. Al conflicto del Ulster se le unían los escándalos sexuales de obispos católicos. En este contexto emerge el tráfico de drogas como un problema de primer orden. Miles de jóvenes de origen humilde arruinaban sus vidas robando y prostituyéndose para conseguir un gramo que les hiciera escapar de la realidad. Los capos luchaban por hacerse con el control del narcotráfico en la ciudad de Dublín y la legislación irlandesa favorecía que amasaran enormes fortunas con leyes permisivas. Escasas personas eran las que se atrevían a movilizarse para plantar cara al problema. Verónica Guerin (Cate Blanchett), periodista del Sunday Independent se convertirá con sus artículos en una de las pioneras que se enfrente a los narcotraficantes.

Verónica decide investigar el comercio de drogas en Dublín. A través de diversas fuentes va conociendo la realidad sobre los grandes camellos irlandeses e incluso llegará a estar sobre la pista de varios de ellos. Cuanto más investigue, más metida estará en las redes y más en peligro pondrá su vida. A pesar de las amenazas y los ataques contra ella, la periodista continuará con su persecución contra los capos, lo que la convertirá en un referente en la lucha antidroga.

En definitiva, la lucha real de una periodista por encontrar la verdad, anteponiendo la información de sus lectores y la denuncia social por encima de su propia integridad.
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2 comentarios:

  1. El periodismo es casi siempre idealizado en las películas, los profesionales son unos seudo-detectives, un poco al modo de los detectives sagaces del cine negro de mediados de siglo; o en otros casos cumplen un papel de personajillos molestos a los que los polis les callan la boca...
    Pero bueno, la verdad es menos bonita e idílica que la primera de las posibilidades y menos peligorsa que la segunda Xd.

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  2. ¿Me estás diciendo que no voy a meter en la cárcel a ningún capo rumano de la mafia con mi investigación? :S Vaya fraude

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