domingo, 11 de abril de 2010

Mejor pocos que mal acompañados

No siempre un estadio lleno es símbolo de una gran afición. Hay veces en las que es mejor tener unos cuantos espectadores menos, pero que estos sean realmente fieles a su equipo. En Chapín comenzamos siendo casi 20.000 los que asistíamos cada domingo a ver los partidos del Xerez CD. Los primeros días era todo fiesta y cánticos, pero una vez que comenzaron a repetirse los malos resultados aparecieron los silbidos. No eran silbidos continuos, sino en acciones puntuales: un balón que el portero tarda en sacar, un pase que se falla... Esto mostraba que Chapín estaba lleno de neófitos futboleros, que entendían lo justo del juego y que sólo buscaban goles y jarana.

En los últimos encuentros cada vez hemos ido siendo menos en las gradas del estadio azulino. Contra Tenerife y Valladolid fuimos poco más de 13.000 los aficionados que vimos las dos victorias consecutivas de los de Gorosito. No estábamos mal. Éramos pocos, pero hacíamos un ruido ensordecedor. Y lo más importante, había comunión con el equipo.

sábado, 10 de abril de 2010

Pensamientos en la estación de tren

Estoy aquí sentado, en la puerta de la estación de San Bernardo, tomando el sol mientras espero a que llegue el tren de las 5, que debe llevarme a Jerez para ver un partido vital en las aspiraciones de mi equipo de mantenerse en Primera. Gracias a que el apeadero está al lado de la nueva facultad de derecho puedo conectarme a Internet. Es curioso que no apaguen la conexión los sábados.

En la hora que llevo esperando han pasado varias personas por la placita en la que estoy sentado. Una chica rubia, con una maleta roja lleva en uno de los bancos desde que llegué. Se le ha acercado dos veces un hombre con un chándal azul. Me he estado preguntando si sería el típico moscardón en busca de conversación y un número de teléfono. En los demás bancos la gente viene y va. Por el de mi izquierda han pasado ya dos hombres que han venido a este lugar a comer algo, casualmente como yo.

Cómo no, he vuelto a perder un autobús. En estos casos lo más normal es esperar al siguiente, pero hoy voy con el tiempo contado, por lo que he tomado el plan B, o sea el tren. Ya no me da tiempo de llegar a San Fernando a dejar las cosas, por lo que he tenido que inventar sobre la marcha: llego a Jerez, voy a casa de unos amigos de mis padres y tras saludarles brevemente me voy hacia Chapín para el Xerez-Getafe de las 8. Me ha venido al dedillo haber quedado con ellos para ver el Madrid-Barça de las 10.

No había comido nada, así que he acudido a los bares que están frente a la facultad de empresariales y me he comprado un kebab. Seguro que algún bar de los de alrededor ofrecía una comida mejor, pero creo que la gente de mi generación nos hemos acostumbrado a los sitios de comida rápida.

Se acercan las 5 y no quisiera perder otra vez el transporte, así que me marcho. Por cierto, la chica rubia se ha ido con su acompañante, que finalmente creo que es su padre.

PD: Tenía pensado hablar de los cuentos infantiles y del accidente de avión del presidente polaco, pero se me ha ido el tiempo en mis cosas, así que lo dejo para otro momento.
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lunes, 5 de abril de 2010

Todo el mundo quiere a Bojan Krkic

En los momentos difíciles se suele buscar un clavo ardiendo al que agarrarse para alcanzar un poco de esperanza. En 2008, una temporada aciaga para el FC Barcelona que marcó el fin de la era Rijkaard, esa esperanza a la que se aferró la afición blaugrana fue un chaval de 17 años con cara de santurrón, que irrumpió en mitad de la temporada con goles y descaro. En aquel momento a Bojan Krkic se le consideró como la promesa más firme de la cantera blaugrana y con sus 10 goles dio a los culés la única alegría de la temporada.
A pesar de que en adelante parecía que el hispanoserbio se comería el mundo, su protagonismo decayó espectacularmente con la llegada de Pep Guardiola. Desde entonces ha entrado con cuentagotas en las alineaciones blaugranas, sobre todo en los minutos finales de los partidos, y ha sido titular en muy pocas ocasiones. Incluso cuando el delantero centro titular no ha jugado Guardiola ha decidido varias veces colocar a otro jugador en ese puesto por delante de él.